Suenan pasos en la calle que a los
segundos tropezaban y dudaban y se
detenían, giraban alrededor de
un muro viejo que vendía sueños
Y pasos que escuchaba se
se apresuraban,
se desaparecían y encerraban
y En casa suenan ecos
pasos abandonados
secos de huellas que quedaron
sin nombre sin rostro,
y en la calle, el muro
consumía los
nombres
los cuerpos.
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