Despertamos con el pecho hojaldrado
de desvelos...
de todas las caricias que abandonamos
en la sombra de cada minuto
que no vendrá hasta el día siguiente.
La alcancía del amor
no ahorra despedidas.
A todos lados caen las plumas
de las ultimas aves que han emigrado,
caen sus lágrimas blancas,
llena mi puerta
con trozos fríos,
rosas de nieve
el verano nació desde el fondo del mar...
Porque no eres ni soy
yo tu destino,
mi camino se volvió tuyo,
vivo como imagen
de tu mirada,
alguien más que percibe
tu fragancia,
por un instante,
cuando hoy te vi,
creí que tus ojos me miraban.
para un corazón seco,
una copa vencida por
el recuerdo
que
la casa invita
la ultima copa.
Llevamos entre las ropas
todos los olvidos y
en los bolsillos la colilla
del amor;
prohíbo dormir,
apagar el escándanlo
de los semáforos,
desnudarse con los ojos
cerrados,
acariciar las puertas podridas
del silencio,
dejen el corazón partido
en la banqueta,
también de noche
se recolectan congojas.
Nos mentimos desvistiendo
las montañas con cerezas,
sombreando las calles con siluetas,
despidiendo mayo,
sus besos y sus brazos.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.