Desvelado
Conducen de noche
y de día tocan puertas,
de noche siguen la rutina,
extrañan y vuelven a olvidar;
se despiden por amor,
se aman y se olvidan,
de día van intimando su ilusión,
hacen laberinto su tristeza
y metafísica sus sueños.
Acarician su alma,
la desprenden del pecho,
la enjuagan con sus lagrimas,
y la guardan en una caja de zapatos.
Se duermen temprano,
mientras esperan el sonar
del día que viene retrasado,
de vez en cuando, se duermen cansados.
Paz
Duerme en los parques,
camina por calles y ventanales;
calcina sus pasos con el tiempo,
transgrediendo la palabra y
rescribiéndola.
Se sienta y siente existir,
acude a cafés,
buscando en el fondo vivir.
Espera,
siempre discreto,
visita librerías,
lleva latas de comida
fingiendo necesidad.
Sus brazos cansados vuelven a hablar,
su canto se agota,
vuelve a recordar,
llora en piezas,
vuela a ciegas.
Paloma no dejes de volar.
LE CONTÉ AL SIGLO sus minutos,
al sol su calor y al cielo sus nubes,
medí la distancia entre el mar y el horizonte,
calculé el promedio de gotas por lluvia
y las gotas en categorías.
Salía en las tardes a comprar ese frasco
vacío para seguir guardando la noche,
al final conseguí la membresía de la revista Ciudad,
compraba a diario el periódico local
y jamás equivocaba la fecha
Le conté a la calle sus autobuses, sus coches,
dibujaba la noche, de día las sombras olían a petróleo.
Platicaba de lunes a viernes con el mismo espejo,
mientras esperaba quien hablaría primero.
Le regalaba silencios y a veces sonreía,
le conté que vivía y un fin de semana arrepentido
llené con su nombre mi pecho,
volviendo siempre a romperlo.
Han pasado más de 150 horas,
cae la noche sale el día
y aun el periódico insiste
que el domingo permanecía.
Medio Vacío y Lleno
La soledad es algo exquisito,
saludable y personal,
hay gente que lo toma a sorbos
disfrutando delicadamente cada trago
esperando nunca tocar fondo.
Existen algunos sedientos, ansiosos,
que no despegan los labios de la botella,
no respiran esperando consumir
hasta la última gota de silencio.
terminando defraudados al dejar la presa intacta,
mientras más beben más sed encuentran,
cuando más buscan, más encuentran
y la copa permanece media llena.
La soledad es un vicio delicado y familiar,
medio vacío pero individual,
existen ebrios fingiendo moderación
y poetas que dudan olvidarla.
Monologo de un Tictac
Voy a llorar cualquier cosa,
en círculo y sin salida,
estoy harto y herido por agujas,
cansado y desangrando,
todos los segundos sin piedad,
ni adelante ni atrás.
A media luz y triste de mi,
arrepentido y vuelto a escribir,
desearía el destino fugaz de las lagrimas;
y lloraría todo el día hasta el cansancio,
aun así apagado marcaría la hora dos veces.
Desearía la magia de encontrarte en mi mirada,
estirarme hasta el infinito
y rozar tus delicados brazos,
ansío caminar más de doce calles
y no volver al principio despacio.
TE SIENTO SOLA y sonámbula,
revelada por tu risa,
te siento vacía y esperando
a la ventana el ultimo rayo de luna.
Te siento triste y me siento solo,
te siento ausente cuando me siento solo,
en el mismo segundo que te sientes sola
yo me siento solo,
te siento cuando caminas por la plaza,
me siento en callejones bajo faroles,
entre bancas opacas y quemadas por los años,
entre siglos de siglos en siclos por segundos,
te siento delicada y tristemente ausente,
inconforme a las noticias,
ocupada por tu pensamiento e
indiscreta como café a media noche.
Te siento cuando tu me sientes,
exactamente cuando me sientes,
justo en el mismo segundo que llamo
llamas y pintas de rubores las tardes,
te siento sola cuando te beso,
sola y sin sueño, solo y despierto,
sospecho que duermes, mientras sueño.
HAY TELÉFONOS QUE LLORAN a media noche,
lloran por castigo, y se dan cuenta que a nadie le importa,
no hablan, no sienten su zozobra, no sienten, lloran.
Lloran solos, porque no han aprendido a compartir su vida,
lloran de noche y ríen de día,
suenan a canciones y van fugándose como caracoles,
lloran lagrimas de plata y las secan
con tarjetas de plástico.
Hay cabinas perdidas deseando existir,
algunas cansadas oír, unas lastimadas y
otras duermen sin compañía.
A media noche confundiría:
los números con tus labios,
la luz de los carros con la luna,
y tu voz retardaría a contestarme.
Hay teléfonos que no llaman,
otros viven o suenan ocupado-
a las tres de la mañana:
--Bueno, si,
quiero llamar al cielo,
por cobrar.--
Nadie
Nadie viaja desde el sol, ya nadie camina descalzo,
ya nadie es nadie, no llaman al tiempo por algo,
no dicen te quiero, no dicen amo.
Nadie sabe y nadie conoce, desde que leí hasta que llamen,
la tierra llama a sangre y la vida amante,
no llaman por conocerte,
mueren porque dejan de hacerlo,
porque no viven y si viven, no saben hacerlo.
Nadie puede decir tu eras, eres y sabes,
y nadie dirá lo que es el odio;
nadie es no-nadie y si tocas un cuerpo,
tienes que llamar al cuerpo por nombre,
sí no sabes lo que es,
no sabrás que concurre por las calles,
quien llama en las plazas,
quien empuja las montañas,
quien toca las olas.
Sí tienes cuerpo y sí todos son nombres,
apellidos en papel, por aire y en piedras,
tienes que ser nadie para este cuerpo de alguien,
no-nadie podría nombrarte.
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