Desvelado
Conducen de noche
y de día tocan puertas,
de noche siguen la rutina,
extrañan y vuelven a olvidar;
se despiden por amor,
se aman y se olvidan,
de día van intimando su ilusión,
hacen laberinto su tristeza
y metafísica sus sueños.
Acarician su alma,
la desprenden del pecho,
la enjuagan con sus lagrimas,
y la guardan en una caja de zapatos.
Se duermen temprano,
mientras esperan el sonar
del día que viene retrasado,
de vez en cuando, se duermen cansados.
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