Sólo unas horas,
sintiendo que lejos está escabulléndose
entre la televisión,
tener su imagen sin ningún minuto
de soledad,
entre las grietas del cuerpo.
Sediento y despacio.
La adivinanza de los cuerpos
entre el alma de la recamara.
Encontrando lunares en la
espalda desnuda de cartón y
botellas vacías de las sabanas,
una noche sin techo esperando
que al amanecer no cambie la fecha,
déjate ir y espérame.
Escucha el poema en voz del autor.
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