No sé qué somos, o qué seremos después.
Me habrás olvidado, y por algún momento
recordaras mi nombre entre tus cajones
del pecho o el escondite de tus labios,
y el joven que está contigo dirá.
¿Quién era ése?.
Yo abre perdido esos minutos que eran
sin piedad infinitos a tu lado.
Y mi cuarto, un continente sin brazos.
Una patria de despedidas en cada
naufragio de lágrimas.
Y mi amor ya no tiene el perfume
de tus labios,
y mi amor no sabe que
te has marchado.
Para siempre.
Todas estas noches son como la espuma
de las olas, que arden en las costas
de mis entrañas, que no te olvidan.
Cuando hables de mi,
no menciones lo torpemente
que te besaba, o la ocasión
que busque una rosa en invierno
sólo para decirte cuanto te amaba.
No sé qué somos, y no puedo evitar
enamorarme de esté modo,
que no vuelves, y no regresamos.
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