OLVIDAR cerrar las puertas al recuerdo,
el sesgo silencio del pasado intentando
caminar sin sombra
y esas cosas que nos hacen humanos,
olvidar,
dejar lagrimas en luto por el poeta
que ha decidido vender sus metáforas,
cariño,
cómo olvidar el espacio donde latía arrítmico
un corazón ciego,
cómo engañar a mi tacto tus labios,
el lienzo de tu figura,
el aroma de un amor enmudecido por lo lejano,
lo infinito y ahora apagado.
Y la vela que encendía el rincón de todas las luciérnagas,
donde brillaban las constelaciones en la inmensa oscuridad
del que versificaba sueños, se apagaba;
el aliento del minotauro embravecía el viento,
y sin embargo,
mis pensamientos se ensordecían
por el frágil hilo que colgaba de mi mano,
y antes de cerrar los ojos la única imagen que bifurcaba
ese infinito olvido era el tuyo.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
