La Cita
Dígame si me mira o en lugar de mi pecho
mira una ventana en óleo vivo, con su silueta
dividida por tardes y hojas de otoño; duermo
sin usted, de no verla, de no tener despedidas,
besándole las manos a su fría sombra, bajo
hoteles y urbanos de medio día.
No ando sin usted, desolado de no verla,
sin usted y con un perfume que entristece
por las noches, disculpe sí mi respiración
la incomoda o sí garabateo entre dientes
la única mirada que ha regalado a un
desconocido esperando descubrirla.
Dígalo, dígame en secreto,
cuando no la mire,
cuando no la escuche venir y
cuando no pueda seguirla,
sí soy el siguiente o sí tiene
fecha nuestro encuentro.
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