Estas vacaciones aprendí el valor de la amistad, encontré el significado de Kilay en un libro que encontré en otra ciudad, aprendí a valorar los segundos más que a los minutos, me di cuenta que mientras más viajes a la izquierda el sol dura más en el cielo, en las noches buscaba las estrellas y no las miraba, creo que no las conocen; había un restaurante que siempre se miraba lleno, conocí cines, plazas, las noches se confundían con el día, nunca coincidí con mi destino, todas las noches terminaba deseando nunca haber dejado de amarte.

Vivía en una colonia muy quieta, por accidente del destino antes de llegar tenia amigos, por ese mismo accidente la tregua termino, y cuando llegue no pude encontrarlos, no logré decirles cuanto los extrañaba, aprendí a dormir menos, me di cuenta que las calles no son tan rectas como parecen; quede sorprendido cuando me entere que el canal de televisión mas importante no era el local, sino uno muy raro donde las veinticuatro horas se ven hileras de carros esperando vanamente cruzar al otro lado.

Este verano entendí que las casetas de teléfono son más tristes cuando la persona del otro lado de la línea no contesta, comprendí que el amor es un regalo, que el reloj puede ser un enemigo nefasto si no lo tienes a tu favor, también aprendí lo más importante que la vida me ha enseñado: te amo, no dormía sin pensar en tu voz, eras tu Amor a las tres de la madrugada, la que me despertaba, era yo el que te extrañaba, eras tu lo que necesitaba, era yo el que soñaba, eres tu la persona que amo, soy yo mi Amor, no quiero volver a perderte.