El Rescate
Alguien olvidó su corazón en mi pecho
dejándolo latir hasta al cansancio,
esparció los trozos de su futuro-
faltando en mi su suerte,
esa fortuna de olvidar la tregua
y no el destino del cometa.
Realmente no tenia caso el rescate,
mi aliento se había disipado
y mi sangre no pretendía seguir,
no tenía sentido recordarte.
Quizás cerrando los ojos
podría mirar las hojas al sonar las doce,
entendería el tirite de las estrellas,
valoraría los segundos y no los siglos,
esperaría intranquilo las constelaciones,
dejaría que amaneciera,
dibujaría más sonrisas,
menos lluvia,
para mañana, te quitaría el corazón
y lo dejaría arder en el cielo-
para que el sol nunca brille,
para nunca viva
y nunca centellee más que tu sonrisa.
Primavera Inédita
Seguro es más fácil la tinta del cielo,
que ardan las noches,
que las lagrimas se lloren solas.
Seguro es navegar sin timón,
decidirse al desierto y no al valle,
extenderse y no demorar el viaje.
Extrañan los espejos nuestro reflejo,
extraño es recordar mi eco:
te propongo cambiar de estación,
invertir el reloj,
mudar los árboles,
reformar las flores,
modificar el clima.
Extraño no es palpar tu sombra,
sino ese instante de esperanza-
que existe...
de reflejo entre el mar y tus ojos.
Pasajes del laberinto
Me pierdo y extingues mis segundos sin vida,
por la libertar de verte reír, soy revolucionario,
por la creencia de conocerte, soy profeta;
doy toda la voz a grito por tus labios a diario.
Allá lejos, arden tus ojos sin mirada,
tu rostro se demora y no lo veo sonreír;
derrumbado reservo mis manos al escribir,
desesperado por un orgullo febril,
peleo por esa libertad de verte vivir.
Aquí, -mi amigo- duermo por compromiso,
el silencio es un pacto insistente inventado-
por la noche, imaginando ser solsticio;
duermo por imaginarte en ti, soñado.
Por la libertad,
hay batallas que lucho a diario,
y gano mientras pierdo,
por esa libertad de verte reír,
he pospuesto mi salir.
Duermevelas
Espera no dejes que mi voz te apague,
no quieras que mi liento viaje sin tu nombre,
no calmes el mar, no embotelles el viento,
no intentes secar las nubes,
no dejes de creer en cartas sin sobre.
Disculpa, no llores en tu pecho,
no quieras ver la luna sin el sol,
no siempre viviremos para conocer.
No olvides leer mis ojos,
no existirían mis noticias sin lector.
Espera no llores en mi corazón,
siento no vivir como cometa y olvidarte-
siempre y cuando un año luz me hablé;
no dejes de pensar en mi,
no dejes que tu voz se apague,
no dejes de llamarme,
siento que tu voz intenta olvidarme.
Barajas
Tengo un corazón fugitivo como polvo,
deformado por congelo, calmado,
sosegado y errante sin sangre.
Me encuentro con sed, contigo y sin besos,
me siento herido a muerte, sin pretexto,
poseo un ánimo cegado por tus ojos,
tan compacto imposible sin eco.
Te encuentro formidable como el cielo
cierro mis ojos sin tiempo a salvarte,
tengo un corazón y sin embargo no lo creo,
siento que se encandila, al verte.
Donde vivo
Esta amaneciendo y siento que es tarde
el retardar un segundo al reloj antes que ayer;
tendría que esperarte,
daría las noticias, quemaría los diarios,
sí camino urbanamente sin imagen
seria maravilloso encontrarte.
Hasta hoy, sustituyo el perfil de mi sombra-
por una conciencia inquieta de ciencia;
la ciencia debería vivir de la fantasía,
no de formulas, ni de números.
Volvería innecesariamente a llorar,
el rumor correría en los espejos,
seria un pretexto ordinario la hipótesis-
de la gravedad;
tan sólo por abrazarte.
Tal vez los satélites tengan razón,
el mundo se ve más tranquilo desde fuera.
Pero Nadie los ha Visto
Me contaron que existían sin cariño,
eternamente posible sin soles en eclipse;
supongo que si brillan las estrellas es de noche,
confieso que es inquietante dudar del calendario,
espero en este día, en ocasiones ilógico;
si es de noche o si el sol volvió su rostro.
No creo que vivan como lo han dicho,
quizás sea más probable el mar,
pero no, sí existieran, los conociera.
En parte, dudo que el planeta gire,
no conozco a nadie que nos viera-
del infinito o mínimo desde Marte;
desconozco todo, menos tu frió.
En un frasco vacío he guardado tu silencio,
imaginando que es tu pecho pero con latidos;
tomo el café con tu recuerdo
y en veces platico con tu almohada.
Dicen que te han encontrado,
y sabes, lo creo,
te he visto vivir sin universo,
en parte, existes en silencio.
Mar Excusa No soy el que escucha la ausencia que me rodea,
suspirando por un amor de cartón que escapa-
desolada recostada sobre arena, como
cayendo sin remedio;
Aunque también en veces -
rió al cansancio, hasta que seco-
invierto mi aliento,
volviendo a ser el nombre con el que me llamas.
Mientras la intermedia noche vuela y voltea,
debo suponer que existen mas infinitos,
como si existiera la tregua que pueda salvarme
de tu vigilia y tu destino.
No existe el azar en una carta,
que ha viajado sonámbula en delirio,
oyendo el mismo laberinto de siempre;
traducido y vuelto a escribir,
escúchame, sí te llamo,
aunque en veces mis lagrimas lloran
y no pueda ver si has volteado.
Aunque en veces tu ausencia naufraga-
a mis labios. Me siento rescatado,
escucha, siento que te amo más de lo
que el sol arde, Sintiéndome enamorado.
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